El pasado fin de semana fui a mi pueblo (San Juan de Beleño). Como podéis ver en las fotos, en todas las casas había almacenada un montón de troncos.
Todas las familias del pueblo tienen derecho a recoger madera en el bosque de Peloño. Durante el mes de octubre suben a recoger dos o tres hayas caídas del monte para convertirlas en leña y calentarse durante el invierno. Cortan las royas y las bajan en tractores, después las convierten en leña que se almacena ordenada a la puerta de las casas para usarlas durante todo el año en las cocinas (que en algunos casos también son calefacciones) y en las chimeneas.
Gracias a la madera que retiran los vecinos se limpia el bosque y evita incendios y ayuda a que el bosque se regenere.
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